Salimos del aeropuerto entusiasmados por comenzar nuestro viaje. Nuestras mochilas de “Viajes Ikea” iban cargadas de ilusión, emoción y por mi parte algo de nerviosismo.
Llegamos a El Cairo de madrugada.
Desde la terraza de nuestra habitación, en el piso 16, se contemplaba una vista maravillosa; ante nuestros ojos en las aguas del Rio Nilo, como si fuera un espejo, se relejaban los muchos y altísimos edificios iluminados.
Pronto descubrimos el caos, bullicio y el tráfico desorganizado de la ciudad, donde, cruzar la calle es un riesgo, todo al más rápido y valiente.
Los siguientes días en el Cairo fueron como viajar en el tiempo, repleto de historias, leyendas y poder.
Visitamos las pirámides de Guiza, tan imponentes por fuera como por dentro, cuando te encuentras allí delante, sientes la grandiosidad de lo que estás viendo, pero …. Recorrer sus entrañas es completar la experiencia cargada de misterio y es que … ¡Tienen más de cuatro mil años!
Continuamos nuestros intensos días en Cairo visitando el museo egipcio; Grandes estatuas, excelentes pinturas y elementos funerarios de distintas dinastías, más de ciento veinte mil piezas, todas ellas pertenecientes al Antiguo Egipto. Entre ellas custodian el Tesoro, el Sarcófago y la Famosa Máscara de Tutankamón.
Conocimos la Mezquita de alabastro, el barrio copto, el bazar de “Jan el Jalili” (para perderse) es el corazón de la ciudad, no falta de nada, artesanía, frutas, cuero, textil. Especias. Allí mismo se encuentra el café de los espejos, un café con historia, frecuentado por ilustres personajes como Maguib Mahfuz, premio nobel de literatura con su novela “El callejón de los milagros”. Y allí estábamos nosotros saboreando un delicioso té y contemplando el ir y venir de sus gentes.
Disfrutamos de un día en Alejandría. Vimos la Columna de Pompeyo que está hecha de una solo pieza de granito rojo. Las catacumbas de Kom el Shoqafa, una estrecha escalera de caracol te lleva a unas tumbas mostrando una interesante fusión del culto funerario con influencias griegas y romanas,
La gran Biblioteca de Alejandría, un edificio muy moderno, en cuya fachada de piedras traídas de Asuán se pueden ver representados símbolos de caligrafía de la mayoría de las lenguas del mundo.
Desde la Fortaleza de Qaitbay disfrutamos de unas maravillosas vistas al mar Mediterráneo, donde un día brilló su famoso faro mirando a este mar azul.
Dejamos el Cairo y volamos a Luxor. Allí nos esperaba el crucero “Esadora” para embarcar y navegar durante cuatro días por el Nilo. ¡Fueron cuatro días vividos al máximo!
En el pueblo disfrutamos de un paseo en unas calesas (bastante mejorables) que nos sumergió en su realidad de calles estrechas, caminos de tierra, puestos callejeros con todos los productos expuestos a la suciedad que allí imperaba. Era realmente lamentable la situación de pobreza y suciedad, esta realidad que tristemente existe en demasiados lugares. Conviven la riqueza y la pobreza.
Nos pegamos el gran madrugón para hace el viaje en globo al amanecer. Fue una actividad preciosa. La luz de la mañana resaltaba el colorido de los globos sobrevolando el Valle de los Reyes. Fue una experiencia realmente Mágica.
Los siguientes días fueron especiales. Invadidos a cada paso por la elegancia faraónica de sus grandes templos: Luxor, Karnac, Kom Ombo, Templo funerario de Hachepsut, El Valle de los Reyes, ¡majestuosos!. Todo en estos templos nos cautivaron.
La aproximación en barco al quiosco de Trajano y al Templo de Philae, tiene un encanto especial en un paraje encantador.
Templo de Philae, dedicado a Isis, la diosa de amor, forma parte de la Leyenda de la triada de Isis, Osiris y Horus que también están presentes en Edfu y Kom-Ombo.
En su emplazamiento original, el templo de Philae y los templos anexos a él, estaba situado en la isla del mismo nombre. Con la construcción de la presa de Aswan quedó sumergido bajo las aguas. Fue gracias a la Unesco que, igual que Abu Simbel, se salvó de quedar sumergido para siempre. El conjunto de templos fue desmontado piedra a piedra, trasladado y vuelto a montar en una isla cercana: Agilkia, donde podemos disfrutarlo hoy en día.
Abu Simbel, difícil de olvidar. Los imponentes templos de Ramsés II y de Nefertari, rescatados de las arenas del desierto y de la Gran Presa de Asuán, se merecen un recorrido con calma para paladear el paso del tiempo, Pero tuvimos la oportunidad de esperar la noche y ver Abu Simbel por la noche. Muy recomendable: la experiencia es mágica, pues ambos templos reciben una iluminación especial y son objeto de un fantástico espectáculo de luz y color.
Decidimos añadir a nuestro viaje una visita al poblado Nubio.
Nubia fue un territorio que se encontraba entre lo que ahora es Sudán y Egipto. Fue una de las civilizaciones más importantes de la zona, compartiendo parte de su historia con la egipcia. Su trayectoria ha estado ligada siempre a estos dos territorios, hasta que en 1956 la población se dividió en dos entre ambos países.
Nuevamente nos desplazamos en un barquito de lo más ameno, con su música y bailes, disfrutando del entorno exquisito que brinda el Nilo. Pasamos delante del Hotel Old Cataract, dónde Agatha Christie encontró la inspiración para su novela “Muerte en el Nilo”.
Llegamos al pueblo Nubio y encontramos mucho mercado lleno de puestecitos de artesanía, textiles, especias etc, El colorido es notorio, seguro que para atraer la parte más turística y de veras que lo consiguen. Pueblo muy pintoresco, donde visitamos alguna de sus casas y pudimos contemplar allí mismo algún cocodrilo.
Nuestro crucero por el Nilo tocaba a su fin, peo en mi quedará para siempre los atardeceres en cubierta acompañados de una taza de café, algún que otro dulce y muy buena conversación entre amigos.
El siguiente destino fue Amman, Jordania.
Nos dirigimos al mar Muerto.
Llegamos por la tarde y para recuperarnos del viaje, corrimos como niños para bañarnos y experimentar la famosa flotación de este mar. Fue genial. Algunos nos dejamos embadurnar de su barro negro rico en minerales se usa para tratamientos terapéuticos y cosméticos en los centros turísticos del área. El momento fue divertido, todos de color negro apenas nos reconocíamos.
Al día siguiente nos dirigimos a Madaba. Fueron interesantes las visitas allí, entre ellas el Monte Nebo, donde Moisés divisó la Tierra Prometida a la que nunca llegó.
¡Por fin Petra!
Nos encaminamos hacia la ciudad de Petra a través de un cañón estrecho llamado Al Siq, que alberga tumbas y templos excavados en acantilados de piedra arenisca rosada, de donde saca su apodo, la Ciudad Rosa. El guía nos iba hablando para atraer nuestra atención y en un momento dado nos dijo: ¡Os podéis girar y de repente … Aaah! Exclamamos todos.
Ante nuestros ojos la construcción más famosa Al Khazneh (también conocido como El Tesoro), un templo de 45 metros de altura con una fachada excavada en la roca ornamentada de estilo griego. Mil veces vista en fotos, películas y al final ahí estábamos ¡Grandioso!
Un sueño cumplido, que siempre estará en nuestra memoria.
En Jordania, aún nos quedaba la experiencia del Desierto de Wadi Rum.
Para llegar al campamento donde pernoctaríamos y luego recorrer y explorar Wadi Rum (también conocido como “Valle de la luna”) nos trasladamos en 4×4 con conductor. En el campamento nos habían preparado una cena típica hecha en un horno situado bajo la arena, esta deliciosa y a dormir en la habitación- burbuja.
Vivir el desierto al amanecer es maravilloso, un regalo de la naturaleza con sus matices de colores de ensueño. Y hacer los recorridos en 4×4, dejarse llevar por el infinito paisaje es otra dimensión.
Estambul fue el último destino de nuestro viaje. Nos recibió lloviendo y aun así es precioso.
Tuvimos el privilegio de navegar por el Bósforo en un barco solo para nosotros, con un simpático guía que nos iba narrando detalles de todos los edificios que podíamos ver y las costumbres de este pueblo durante todo el recorrido. Fantástico. Un lujo.
Me encanta Estambul, siempre hay mil cosas para hacer y un lugar al que siempre quieres volver.
Todas nuestras visitas terminaban con la búsqueda de la mejor panorámica, foto de grupo, que resumiría nuestra experiencia.
No quisiera terminas sin decir que el grupo fue entrañable, desde el principio, en todo momento me sentí en familia. Quizá en otra ocasión podamos vivir nuevas experiencias.
Gracias a Joserra, por su profesionalidad y cuidarnos tan bien en todo momento. Te has convertido en un gran amigo.
Seguramente me quedan mil cosas por contar. Yo terminaré diciendo que haber estado ahí, me hace sentir muy afortunada.
M Carmen Blanco

Un comentario en “VIAJE EGIPTO – JORDANIA – ESTAMBUL (9 a 28/11/2022)”
Buen resumen de un buen viaje, con un grupo fantástico.
Inolvidable.