De nuevo me conmina Jorge para aderezar una breve crónica de la escapada a Donibane Loitzum, Hendaya y Sidrería Ola. De Irún. El pasado 15 de Febrero.
Pudiéramos calificarla de visita Histórica-Artística-Gastronómica para terminarla en canora
Al igual que hace unos años en la salida a Tolosa el día amaneció brillante en lo climatológico, fresquito al principio pero más tarde fue calentando con lo que los abrigos molestaban. Tomad nota organizadores! Habrá que programar las excursiones en Otsaila para disfrutar de “salidas primaverales”
Con rigor germánico partimos en sendos autobuses 119 expedicionarios.
Pasamos bajo Archanda. Malmasín estaba colapsado. El caos alcanzaba hasta el txori-herri pero poco a poco fue disolviéndose.
Llegando a Donosti, en Aritzeta nos esperaban los guías Iñaki y Naiara y pasadas las 10 nos presentamos San Juan de Luz.
La toponimia de esta Villa es una derivación o corrupción lingüística de lo que en euskara se llama Donibane Lohitzune por las marismas existentes en la desembocadura del Rio Nivelle. El calificativo Lohitzune en euskera, es marisma en castellano. Así, esa voz vascongada, derivó como si de una onomatopeya se tratara, en el castellano Luz, resultando entonces San Juan de Luz.
Nos esperaban en la terraza de Le Suisse con un cafecito, zumo de naranja, croisant y para principalmente… propiciar “mudanza de aguas”.
Tras este pequeño refrigerio, acompañados por los guías, nos dividieron en sendos grupos para instruirnos con unas pinceladas históricas.
Relataron que la Villa desde principios del siglo XIV fue un activo e importantísimo puerto refugio de pescadores principalmente balleneros y bacaladeros, dado que estaba bien protegida del temporales frecuentes al abrigo de los acantilados próximos y formando una pequeña ensenada o bahía.
Más tarde, los conflictos europeos a partir del siglo XVI, derivaron en la ruina de aquel comercio pesquero y las naves, antes balleneras y bacaladeras, se armaron para la guerra, consiguiendo los propietarios-armadores orden real de Corso. Aquí nacieron los corsarios, con derecho de ataque y despojo de las embarcaciones que navegaran con cualquier bandera enemiga a su rey. Las capturas cuentan, fueron numerosas y la villa se expandió y enriqueció notablemente. Se denota este esplendor en las varias mansiones blasonadas que conforma la población. Los británicos la denominaban «El nido de las víboras».
Hoy muchas de sus calles tienen referencias o el nombre de aquellos marineros piratas, como la Plaza de los Corsarios.
Nos acercamos a la playa y desde el muro defensa construido por Napoleón III para proteger las edificaciones de los temporales; contemplamos la playa y la “media luna” que forma ésta y observamos los diques de contención aguas adentro, igualmente promovidos por el Emperador y que el municipio pregona, se encarga de reforzarlos anualmente con 50.000 € , lo que resulta que la playa sea una gran piscina.
Alabaron los establecimientos termales que la localidad dispone y que una de ellas dicen la mejor de Europa, y eso que no son de Bilbao, así como un GRAN CASINO donde como en todos, lo que buscan, es que les dejes “toda la barilla posible” …
Seguimos visitando la localidad y callejeamos un poco hasta acercarnos al otro lugar histórico.
La Parroquia de San Juan donde el 9.6.1664 se casaron el archifamosísimo Luis XIV, vamos el popular “Rey Sol”, con María Teresa de Austria, a la sazón, Infanta de España. Con estos esponsales se confirmaron los acuerdos de la Paz de los Pirineos finiquitando así la “Guerra de los 30 años”.
Existe una lápida sobre una puerta tapiada que conmemora este enlace Real.
El cegado de esta puerta certificaba y consolidaba, que la paz entre ambas naciones sería permanente.
En una visita que hice hace años a Puigcerdá y con respecto de esta famosa Paz de los Pirineos (1659) me contaron que entre las concesiones mutuas, España cedía 33 municipios a Francia pero se dejaron una de ellas, Llivia, en el pirineo leridano, que, como era villa, se olvidaron de ella. Hoy es un enclave español dentro del territorio francés, como a 5 km de la frontera, vamos como el Orduña vizcaíno o el condado de Treviño burgalés igualmente en Álava. Por cierto tiene una farmacia que regentaron 23 generaciones de familiares farmacéuticos y que pregonan era la más antigua de Europa, de 1.415. Original y curiosa.
Volviendo a la parroquia de San Juan, esta es un edificio de estilo ecléctico algunos dirían neo-clásico, puerta con fachada gótica, aunque más bien parece una fortaleza. Tiene una sola nave y un espléndido retablo barroco de madera dorada con columnas salomónicas. Lo que llama la atención son los tres niveles de galerías que bordean la nave, muy típicas en todo Iparralde,
En el presbiterio se adorna con dos esplendidas vidrieras que recuerdan a San Sebastian y Santa Juana de Francia.
Al fondo y en la segunda galería dispone de un afamado órgano barroco ) con tres teclados y pedal que nos hubiera gustado escuchar al teclado, a nuestro extraordinario organista y colega Javi Campo.
En el centro, colgando, un curioso barco de vela y vapor “de ruedas”, como los que veíamos en las películas de colonos del Misisipi, recordándonos la tradición marinera de la villa.


Desde allí llegamos al mercado de “les halles” para hacer algunos, merke, merkea o business, dada la afamada pastelería de los macarons, y especialidades, como no, de pato y variados quesos galos. Seguidamente al bus para llegar al Chateau Observatorio de Abbadie.
Por la carretera de “La Corniche Basque” nos acercamos hacia Hendaia, al parking del Chateau próximo (paseo de 1.5 km); que era eso para unos “irreductibles andarines” y en 4 grupos visitamos el edificio y alrededores.
Paraje encantador, con un edificio de estilo neogótico, se me asemeja a chateaux del Loira, y hasta el Castillo de Butrón que algunos pregonan como típico caserío vasco. Levantado a finales del XIX sobre los acantilados cercanos de Hendaya y con una singular y exuberante riqueza en su interior y fachadas recogiendo, dicen, el entusiasmo por todo lo africano-oriental que tenía su propietario, Antonio d`Abbadie, etnólogo, geógrafo y científico con estas culturas.
Conocido como “Euskaldunen Aita” por su mecenazgo para el resurgimiento de la literatura y lengua vasca. Promotor y fundador del germen de competiciones de bersolaris, Ikastola eguna, etc. Postuló el Zapìak Bat y fue igualmente fundador de varias sociedades lingüísticas para la protección del Euskera. Hablaba 14 idiomas.
En el edificio se conserva un notable, dada la época, observatorio astronómico con un potente telescopio, una importante biblioteca y un montón de artilugios y elementos científicos para estudiar la naturaleza y el cosmos












Seguidamente retornamos al parking donde nos esperaban los buses y tras el despiste de “cuál es mi autobús”? el 1 o el 2? No dirigimos a reponer fuerzas en la sidrería Ola de Irún situada bajo las peñas de Aia.
De camino vimos la “isla de los faisanes” pequeño islote en medio del Bidasoa donde se firmó la Paz de los Pirineos. La isla tiene soberanía compartida,cada 6 meses es de España de febrero a julio y francesa el resto.
Llegamos al edificio restaurado en sidrería lo que anteriormente en el siglo XIII fue ferrería. La verdad es que impone. En sus épocas tuvo que ser una gran industria y me imagino el trabajo del martillo pilón impulsado por la altura del caudal que lo movía. Una construcción muy robusta a base de sillares de caliza muy bien concertados con un gran muro de contención. Se ve que ha sido una labor costosa y titánica la de la restauración y transformación a este negocio hostelero, En los balaustres de su balconada un montón de trofeos y txapelas pregonan los premios obtenidos por su labor gastronómica. Enhorabuena. Un acierto.
La Sidrería Ola e Isabelita, no sé si en postura misericorde para que caiga mas o rindiendo pleitesía a la cupela
Bien atendidos considerando los 123 hambrientos y muy sedientos que estábamos. Seguro que fue una dura disciplina, aunque como profesionales que son, estarán acostumbrados.
Menú típico de sidrería, choricito a la sidra, tortilla de bacalao (jugosa), bacalao plancha, para mí un poco fósil aunque comprendo que sacarlo jugoso y caliente es “misión imposible” y posterior chuleta compartida. Queso, membrillo y nueces. Sidra a voluntad, por cierto fresca, semiseca y rica, que entraba fácil, y luego cafecito. Bien en general.
En la sobremesa algunos fueron a conocer las instalaciones y las minas cercanas. Dada mi senectud no me atreví a acudir a esta propuesta minera.
Siento no puedo decir nada al respecto porque nos quedamos de cháchara, dándole también a las nueces… que se dejaban….
Puntualmente retomamos el autobús a las 6 de la tarde y de retorno el tolosarra Iñaki, nos recomendó que distinguiéramos el singular estadio donde la Real Sociedad de San Sebastián disputa sus encuentros de futbol con grandes rivales. Muy enardecido y ufano, no sé si por el auditorio que disponía para intentar meter el dedo al ojo, o por las ocasiones que se había encaminado a las cupelas, entonó el Txuri-Urdin Maitea ensalzando al equipo de sus amores. Tras las primeras estrofas que tarareó, se le devolvió el envite con un órdago; todo el autobús coreando las siguientes, quedándose atónito de que domináramos su himno y la unánime respuesta que se le dio. Desconocía el señorío Vizcaino que no se pierde en nimiedades ni ramplonas descortesías. Sabemos festejar a otros equipos cuando lo merecen, .…
Ya de vuelta, dimos un repaso completo al cancionero de bilbainadas, y a las 7,35, entrabamos a nuestro bochito por Juan de Garai.
Hemos de alabar, (por favor ovación grado 5), y dar las gracias a los compañeros que llevan la Asociación por lo bien y concienzudamente que preparan no solo los viajes, sino todas las gestiones y variadas tareas que realizan en nuestro favor.
Está pergeñada una próxima excursión para hacer una cata de cerezas y ganado ovino a Frias. Me imagino que Rafa tendrá previstas unas buenas y generosas raciones de caldos alaveses. Nada de chacolí burgalés. Veremos si para otoño nos preparan alguna visita cultural riojanoalavesa
AINDU ETA AGUR GUZTIAK!!!
Jose Ignacio Segovia
