Documento para su publicación, autorizado por el editor : D.VICTOR LANDA PETRALANDA, MEDICO ESPECIALISTA EN MEDICINA FAMILIAR Y COMUNITARIA DEL CENTRO DE SALUD DE BASAURI Y KUETO (SESTAO)
POR QUÉ EL DOCUMENTO DE VOLUNTADES ANTICIPADAS
Desde Nuestra razón aceptamos que la muerte es un hecho inevitable y el más fundamental de nuestra existencia, al que tarde o temprano nos tendremos que enfrentar, pero nos cuesta mucho aceptarla emocionalmente, con nuestro corazón, y lo habitual es que evitemos pensar o hablar de ella. Además la dinámica de nuestra sociedad trata de alejarnos de esa realidad y alimenta la creencia de nuestro inconsciente, de que somos inmortales.
A pesar de todo ello siempre se impone la realidad, ya que es inevitable encontrarnos con circunstancias que de una u otra forma nos confrontan con la muerte, ya sea por muertes cercanas, visitas a un hospital, un geriátrico, una película… Y cuando pensamos en nuestra muerte, lo habitual es que aparezcan los miedos que de forma más o menos consciente están ahí: cómo será mi muerte, rápida o tras una larga enfermedad, será dolorosa, habrá sufrimiento psicológico…
De un modo más o menos claro, todos deseamos el máximo de dignidad en el final de nuestra vida, pero vemos que esto no siempre es así. Posiblemente si hiciésemos una cierta previsión, dejando claros nuestros deseos, las posibilidades de que se cumplan aumentarán enormemente. Pues bien, puestos en este contexto, no cabe duda de que el Documento de Voluntades Anticipadas (DVA) resulta una herramienta muy útil para ir definiendo, por lo menos en parte, el cómo desearíamos que fuese ese final. Es verdad que a la hora de pensar en realizarlo, quizá la mayor dificultad reside en lo que significa, es decir, que vamos a plantearnos la muerte, nuestra muerte, o sea que estamos admitiendo que va a suceder.
QUE ES EL DOCUMENTO DE VOLUNTADES ANTICIPADAS
Es un documento con instrucciones dirigidas a los sanitarios, de contenido legal, que se dejan para cuando una persona se encuentre en una situación en la que no puede expresar personalmente su voluntad y además se encuentre en el final de su vida como consecuencia de una enfermedad incurable avanzada, sin expectativas razonables de recuperación, que en un plazo breve conducta inevitablemente a su muerte.
Se contemplan en él cuatro aspectos:
- La limitación del esfuerzo terapéutico, es decir, qué tratamientos acepta rechaza si estuviese en ésa situación.
- Los Cuidados Paliativos que desea recibir, priorizando el bienestar sobre la prolongación de la vida y admitiendo o no la sedación como una posible ayuda si es necesaria.
- Se pueden añadir otros deseos como el lugar de la muerte (en casa, hospital, residencia,…), la asistencia religiosa, donación de órganos, …..
- En algunos documentos se añade un apartado referido a la eutanasia, en el sentido de expresar el deseo de que sea aplicada en esta situación descrita cuando se legalice.
Es posible que este documento nunca sea necesario porque las circunstancias de la muerte sean diferentes a las previstas (muertes súbitas, accidentes o enfermedades con un desenlace final rápido), pero en cualquier caso, plantearnos esta posibilidad resulta de gran importancia ya que nos abre la puerta a pensar y hacer una cierta previsión de otros aspectos relacionados con nuestra muerte.
QUÉ ME PUEDE APORTAR EL DOCUMENTO DE VOLUNTADES ANTICIPADAS
A nivel personal, el mero hecho de pensar en nuestra muerte es ya beneficioso, porque nos permite vivir la vida un modo más auténtico y real. Si apartamos la vista de la muerte, también socavamos el placer de la vida. Cuanta menos conciencia tenemos de la muerte, menos vivimos.
Pero además, qué otras utilidades podemos obtener al realizar el DVA:
- Decidimos cómo queremos que sea nuestra muerte si se dan las circunstancias descritas en el documento. Pero incluso si no llegásemos a perder la capacidad de expresar nuestra voluntad, estamos estableciendo criterios personales de los que consideramos un final de vida digno, que nos serán de gran utilidad.
- Nos da una cierta sensación de control sobre nuestra muerte y eso alivia muchas ansiedades.
- Facilitamos el trabajo del equipo sanitario y evitamos muchos de los conflictos que se generan en estas situaciones, por malentendido o contradicciones entre los familiares en la interpretación de los deseos del enfermo y lo que plantea el equipo sanitario.
- Evitamos a nuestros seres queridos decisiones que pueden resultar duras y que les pueden ocasionar culpabilidades innecesarias y/o conflictos en el seno de la familia.
- Nos permite hablar y normalizar la muerte con nuestros seres queridos, algo que también les va a beneficiar a ellos.
- Es así mismo una oportunidad para expresar nuestros deseos sobre otros aspectos importantes, aunque no sean de orden sanitario, en el final de la vida. A modo de ejemplo puedo formular deseos y/o decisiones sobre ese final:
DESEOS SOBRE EL FINAL DE MI VIDA
Considero que si a lo largo de mi vida se dieran situaciones en las que yo estuviese, de forma irreversible, sin unas capacidades mínimas de autonomía física y/o mental, que estimo necesarias para mantener mi dignidad y que describo a continuación, no deseo prolongar mi vida por medios extraordinarios.
- Perder mi independencia funcional, es decir, que necesite la ayuda de otras personas para realizar las “actividades básicas de la vida diaria”, como vestirme, usar el servicio, comer, ….
- Imposibilidad de comunicarme, de relacionarme de cualquier manera con otras personas.
- Padecer un sufrimiento emocional y/o físico insoportable que no pueda ser controlado.
Si debido a mi edad o como consecuencia de una enfermedad, me voy deteriorando y perdiendo la capacidad para valerme por mí mismo, deseo seguir en mi domicilio hasta el final, si es posible contratando ayuda profesional (no deseo que mi familia adquiera el grueso de la carga de mi cuidado) y si llegase a perder la conciencia o no fuese consciente de mi entorno (no conocer a mis seres queridos), dejo libertad a mi familia para que tome la decisión que crea más conveniente, como quedarme en casa, ingresar en un geriátrico,……
No deseo que se prolongue mi vida de modo artificial con medidas extraordinarias tales como: reanimación cardiopulmonar, diálisis, conexión a un respirador, nutrición e hidratación artificiales por ninguna vía… a no ser que sea por un problema transitorio, del que me pueda recuperar y que pueda hacer después una vida independiente.
Quiero estar siempre informado de los problemas de salud que me puedan aparecer, y participar de las decisiones que sobre esos problemas se tomen.
Cuando me halle en el final de mi vida, deseo que los sanitarios den más importancia a los tratamientos que sean necesarios, para que yo me encuentre sin molestias o con el mínimo posible de ellas. Aunque esto pueda suponer que se acelere mi muerte.
DECISIONES QUE QUIERO TENER EN CUENTA:
Realizar mi testamento ordinario; decir el destino de objetos valiosos que poseo como joyas por ejemplo; limpiar mi casa de cosas (libros, apuntes, documentos personales, archivos de ordenador,…..) que solo me sirven a mí y que mi seres queridos no sabrían qué hacer con ellos; expresar mis deseos de asistencia final, de orden religioso o no, si deseo o no un funeral, incluso organizar algún aspecto de mi funeral civil o religioso; indicar si deseo morir en casa, si deseo ser enterrado, incinerado,….
- Borrar mi huella digital (mis cuentas, documentos, datos que existen en la red,…..)
Morir nos da la oportunidad de completar la vida. Preparar la muerte nos da además la posibilidad de atenuar el dolor que nuestra pérdida va a causar a nuestros seres queridos, dejando los propios asuntos en orden, compartiendo y reviviendo recuerdos, creando un espacio para despedirse, perdonar y hacerse perdonar y decir lo que creemos que debe ser dicho.
Un comentario en “VOLUNTADES ANTICIPADAS”
Muy interesante todo el articulo y además es importantisimo que lo hagamos, de esta forma liberamos a nuestros seres queridos de tomar alguna determinación que ellos o ellas no querrian.