Por Jorge Ibor
BYDGOSZCZ
El viaje en tren desde Gdansk fue maravilloso. En un tren tipo los rápidos de hace 40 años, por unos pueblos y un paisaje de enamorar.
Si el tren era viejo, el taxi que tomamos en la estación a la llegada lo era más todavía. Nos desplazamos al hotel donde encontramos a un valenciano que tenía campos de almendros en la zona y que era proveedor de Mercadona. Nos dijo que en unos 20 años que llevaba viajando a esta población éramos los primeros turistas estatales que veía.
Al día siguiente nos recogió la guía que contratamos para el resto del viaje.. Ni había oído hablar de la población. Nosotros fuimos por recomendación de una polaca. No nos arrepentimos.
La ciudad, pequeña, tiene un rio con barcazas, unos graneros medievales visitables muy curiosos y una Iglesia con unos colores chillones que nos llamaron mucho la atención.
Dormimos 1 noche, el día que llegamos.
TORUN
Ciudad muy apreciada por los polacos, grandes admiradores de Copérnico. Se puede visitar su casa natal. Como curiosidad tiene un castillo teutónico arrasado. Los caballeros teutones se portaron muy mal con la población. Cerca del castillo podemos ver la casa torre inclinada. Sin más.
En su coqueta plaza Rynek Staromiezki podemos comprar el dulce típico de la zona, Piernik. Por sus calles peatonales podemos ir comiéndolos mientras paseamos fijándonos en sus uniformes y bellas casas. Muy agradable ciudad para pasear, con estatuas llamativas.
Nos fijaremos en su Ayuntamiento y visitaremos las Iglesias correspondientes. Como curiosidad, en uno de los puestos callejeros nos encontramos de vendedora a una jerezana, gitana auténtica.
GNIEZNO
Considerada la primera capital polaca. Aunque es relajante visitarla tiene poco más que la Catedral y la plaza para visitar. Además sirve como punto de relajación ya que está de camino. Pero lo que podría ser en otro país algo atractivo se ve en este superado por otros muchos sitios en éste. Un par de horas como máximo y a seguir.
Por el camino, además de extensiones de cultivos de colza también vimos unos molinos de viento reconstruidos. Comimos muy bien en un restaurante de carretera.