TITULO DEL LIBRO: El Reino
AUTOR: Emmanuel Carrère (París, 1957)
CLASIFICACIÓN: novela de investigación histórica y religiosa
EDITORIAL: ANAGRAMA S.A.
ISBN: 978-84-339-7932-2
PÁGINAS: 516
VALORACIÓN: 5 sobre 5
EL AUTOR, EL LIBRO Y SUS SUGERENCIAS
Enmanuel Carrére cada día tiene más lectores. Emmanuel ha escrito una novela tras un estudio prolongado de los evangelios, del llamado nuevo testamento, que titula “El Reino” en alusión a la reiterada promesa del Mesias.
Enmanuel, nacido en Paris, no es creyente, es un hombre rico porque le pagan bien sus guiones de televisión, le quitan de las manos sus novelas, le llaman para presidir festivales… Es un profesional de éxito.
Emmnanuel, al que le gusta ver porno en internet, hace ya muchos años era de misa diaria. Le había convertido al catolicismo la idea que leyó en el evangelio de San Juan:
En verdad, en verdad te digo:
Cuando eras joven tu mismo te ceñías la cintura
e ibas a donde querías;
pero cuando seas viejo, extenderás las manos
y otro te la ceñirá y te llevará a donde tú no quieras.
Me he decidido a comentar esta novela, por una idea que expresa Emmanuel con respecto al evangelio de Juan, el único evangelista que convivió con el maestro. Ni Lucas, ni Mateo ni Marcos, que escribieron la historia que les habían contado otros, relatan la escena del lavatorio de los pies; Juan es el único que describe el acontecimiento.
Sucedió el jueves siguiente al domingo en que Jesús entra aclamado y con recibimiento de palmas en Jerusalén. Es cierto que lo hace montado en un burro y no en un caballo blanco según correspondía a la situación, pero la gente le quiere y manifiesta su popularidad.
Pues bien, estando cenando cuatro días después con sus seguidores, antes de repartir el pan y el vino, cosa que relatan todos los evangelistas, se levantó de la mesa se quitó la ropa y se puso desnudo a lavar y secar los pies de sus discípulos, labor que se asignaba entonces a los esclavos.
A Emmanuel, novelista de profesión, historiador de afición, se le ocurre, además de extrañarse que los demás relatores del evangelio no cuenten la escena y pasen directamente a informar del pan, del vino, del “haréis esto en memoria mía”…, sacar una conclusión (posiblemente carente de sentido religioso, pero sí de reflexión) …”que el sacramento central del cristianismo podría ser el lavatorio de pies en lugar de la Eucaristía”. Sin duda, este ritual, no hubiera tenido el arraigo del actual, pero la idea es congruente con las enseñanzas del cristianismo.
Vaya, pues, esta nota como comentario de un novelista y guionista de televisión que quiere entender esta nuestra sociedad y termina su novela con la sabia frase de “No lo sé”.
Por si a alguien le interesa la lectura de esta novela del escritor vivo, sin duda, más relevante de nuestros tiempos, hago este comentario para suscitar el interés por la misma.
Cuando Jesús se pone a lavar los pies de sus discpulos en un acto de grandisimia humanidad, parece que nos quiere decir aqui estoy como el más humilde de todos vosotros, así teneis que ser y comportaros, pero entiendo como tu muy bien dices, que en la ultima cena al repartir el pan y el vino, con el este es mi cuerpo y esta es mi sangre haced esto en conmemoracion mía, lo dice todo, este es el sacramento central de la eucaristia. Porque pienso que el acto central del cristinianismo no es otro que la Resurección del Señor.
Gracias por los comentarios, siempe vienen muy bien
Juancar: gracias por tu comentario que estoy seguro es muy acertado.
Realmente Emmanuel Carrére lo que hace en su novela histórica es un acercamiento a la figura de San Pablo. La verdad es que no me he atrevido a entrar en el asunto que es muy complejo y difícil de entender: un enemigo del cristianismo naciente, que colabora en la lapidación de un seguidor del Mesías y se convierte en el difusor más apasionado de la nueva religión. Esta posición le enfrenta al núcleo duro de los apóstoles, que prefieren quedarse en Jerusalem. Carrére compara la situación con la revolución rusa en la que un capitán del ejército blanco (partidiario del zar) se presenta hipotéticamente ante el Comité bolchevique y sin someterse al Comité, les dice que va a difundir su causa.
Se trata de un libro que se lee con interés, ya que Emmanuel hace un alarde de honestidad y trasparencia necesarias hoy en la interpretación de las corrientes sociales.